Conseguir
que un niño o adolescente lea por iniciativa propia es uno de los retos más
difíciles que tenemos los adultos lectores. Pero también es el objetivo más
importante y del que mayor satisfacción podemos lograr. Hay que demostrar que
la lectura es una experiencia placentera, aunque a muchos niños les pueda
parecer un esfuerzo. Un buen lector es capaz de comprender el sentido profundo
del texto y, lo que nos ocupa en este post, de elegir sus próximas lecturas
siguiendo su propio criterio y de leerlas porque tiene ganas de hacerlo. ¿Cómo
llegar con nuestros hijos a ese punto en el que la lectura es motivadora?
En
un primer momento, podemos buscar la motivación extrínseca; por ejemplo,
animándolo de palabra a que lea, haciendo una lista con los libros finalizados,
etcétera. Pero el objetivo es llegar a la motivación intrínseca dándole a
conocer libros sobre sus propios intereses para que así disfrute de la lectura.
Para acertar a la hora de recomendar un libro a un niño (aquí tienes unas
pistas), hay que tener en cuenta su nivel de competencia lectora, sin dejar de
explorar niveles ligeramente superiores para proponerle retos asumibles.
Las
pautas más sencillas para introducir a los niños en la lectura son las
siguientes:
1.
Leer nosotros mismos: los niños,
especialmente los más pequeños, aprenden por imitación y, si no ven leer a los
adultos, es muy difícil que adquieran el hábito. Da igual si leemos el
periódico, novelas o si les leemos a ellos en voz alta. Y cualquier momento es
bueno, en la sala de espera del médico, antes de acostarlos… Es especialmente
positivo fijar momentos diarios de lectura conjunta.
2.
Si optamos por leer a nuestros hijos, se recomienda jugar con las voces, las
entonaciones y el énfasis en los diálogos para caracterizar a los personajes.
Dar vida al cuento. Así estaremos creando recuerdos memorables en la mente de
nuestros hijos.
3. Dejar que los niños elijan sus propios
libros y, si los hemos leído nosotros, comentárselo. Si ellos son los que
deciden, seleccionarán libros que, a priori, les interesan más y les será más
fácil leer, porque los propios contenidos pueden ser motivadores.
4.
Visitar librerías y bibliotecas, y participar en actividades de animación a la
lectura. Los centros Kumon (encuentra aquí el más cercano a tu casa) organizan
periódicamente actividades lúdicas donde los libros y los materiales del
programa de Lectura son los protagonistas. Informamos de estos encuentros en
esta sección de nuestra página de Facebook.
5.
Asociar la lectura con momentos
positivos: regalar libros en cumpleaños, Navidades y otras ocasiones
especiales predispone a asociar la lectura con momentos felices de la infancia.
6.
Felicitar por los logros: cuando es
el niño quien lee, hay que hacer que sea consciente de sus avances y
felicitarlo por ellos. «Ya no tropiezas en las comas; muy bien» o «Ahora lees
más rápido» son frases concretas y motivadoras que le demuestran su propia
capacidad de aprender.
http://www.kumon.es/blog/6-pautas-para-motivar-a-los-ninos-a-la-lectura/
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